jueves, 6 de noviembre de 2014

Sognefjord Día 11. Solvorn - Skjolden (03 de Junio de 2014, 36 km)


Dejo la granja abandonada para iniciar mi penúltima jornada de kayak. Hoy el objetivo es alcanzar la ciudad de Skjolden, el punto más al este del Lustrafjord. 


El primer punto destacable de la ruta es el coqueto y pintoresco pueblo de Solvorn.

Solvorn
Tras rebasar este pueblo abandono el rumbo norte, y empiezo a navegar buscando el levante. Las montañas flanquean siempre el camino.


Al rato de dejar atrás Solvorn veo una colonia de graciosos ostreros posados en una roca.


Cuando empiezo a aproximarme a la ciudad de Gaupne, donde mañana tendré de regresar, decido cruzar a la orilla opuesta del fiordo. Justo antes de empezar el cambio de acera giro sobre mi mismo y contemplo un momento la sierra que abraza en su seno a Solvorn.


Ya en el lado opuesto paro a almorzar, y tras la parada continúo. El cielo está nublándose pero no termina de descargar lluvia, y ya he perdido la cuenta de los días que estoy disfrutando sin soportar chubascos. A mi derecha dejo atrás la catarata Feigumfossen, que con más de 200 metros de caída es una de las mayores de Noruega. 


Y sigo mi trayecto hasta Skjolden sin mucha novedad. La monumental sierra que discurre a mi derecha me acompaña y entretiene el camino, y para hacerme más divertido aún el tramo final, se levanta viento en contra que durante los últimos 8 kilómetros sopla con fuerza. 


Finalmente llego a Skjolden y, tras parar en un par de sitios que no me parecen buenos para acampar, me detengo en una playa de cantos que se abre a un parque, sin edificios de vivienda cerca. Aunque está muy a la vista y es un parque público, respeta la norma local de acampar a más de 50 metros de una propiedad privada. Así que descargo las mochilas, me cambio de ropa y voy preparando la cena. En el parque hay un grupo de chavales haciendo una barbacoa y jugando a voleibol; el olor a carnaza a la brasa me está dando una mezcla de hambre y envidia, a mí me tocará pasta como casi siempre.  

Skjolden representa el punto final del Lustrafjorden
Los chavales del pueblo aprovechan la tarde para divertirse
Después de cenar y leer un rato empieza a irse la luz y el grupo de jóvenes se marcha. Aprovecho entonces para montar la tienda. No entro a dormir hasta que oscurece algo más y veo la cosa tranquila, aunque en el rato que pasa desde que se han marchado los chicos solo he visto acercarse a un par de señoras paseando sus perros. Finalmente me meto a la tienda a descansar, esperando no recibir una visita de los guardias por acampar en un parque urbano. 

Con el kayak varado en la playa me acuesto sin adivinar lo que me espera a la mañana siguiente

4 comentarios:

Suso dijo...

Río arriba, pasado Skjolden, hay un lago y unas cascadas soberbias.

Suso dijo...

Subió la marea... jaja... y el kayak en el quinto carallo... jiji.

Carlos dijo...

¡¡¡¡Espectacular!!!! Vaya recorrido. Espero que sigas deleitándonos con el blog.

Un Kayak en la Mochila dijo...

Suso sabía lo del lago, de hecho intenté remontar el río, pero la corriente en contra era fuerte. Eso me queda pendiente para otra visita. Y no se te escapa ni un detalle, has clavado lo del kayak en el quinto carallo jejejeje, ya lo he publicado en la siguiente entrada. Un abrazo

Mil gracias Carlos, a ver si termino ya con el viaje a Noruega y voy pasando a otras travesías. Saludos