sábado, 19 de octubre de 2013

Etapa 5. Sa Torreta - Cap Negret (27,2 km)


Me levanto algo más tarde de lo planeado, he dormido a pierna suelta y me encuentro descansado. En las dunas detrás mio se ve algún ratón que saluda también al día. La jornada de hoy tiene una dificultad inicial, el paso de vuelta a la isla de Ibiza. Es la segunda vez que me toca cruzar los Freus en pocos días, y procuro utilizar el mismo plan. Salgo de la bahía que me ha acogido tan confortablemente esta noche, enfilo hacía Es Penjats y cuando veo despejado el horizonte a ambos lados empiezo a palear con fuerza sin parar hasta llegar al otro extremo del paso. Cruzada la zona de peligro continúo para superar la punta de Ses Portes y, tras algo más de una hora remando, me detengo en una cala a darme un baño.

Ses Portes y al fondo Formentera
Reanudo la marcha y cruzo la popular playa de Ses Salines. Allí se ven básicamente establecimientos para turistas que disfrutan del sol en sus tumbonas, aunque bastante arracimados eso si. Hay numerosos yates fondeados frente a la playa, entre ellos algún velero bastante vistoso.


Dejada atrás esta playa me encuentro con esa maravilla natural que es Cap des Falcó.

Cuando uno navega bien pegado a esa pared vertical y mira hacia arriba se siente realmente pequeño.
La bahía que aparece al rebasar el acantilado es la de las lagunas del Parque de las Salinas y la playa des Codolar. Desde hace un rato me vengo fijando en una bicicleta que baja por un sendero, y ahora va en paralelo a mi hasta parar en la esclusa de un canal que hay en la playa y que conecta con las lagunas que hay pocos metros tierra adentro. Desde la esclusa el ciclista me saluda, así que me acerco a hablar con él, y estoy de suerte porque me da una sabrosa y dulce pera que a esta hora de la mañana me sienta de lujo. A continuación de los estanys (lagunas) está el aeropuerto, donde los aviones toman tierra en las pistas que se adentran casi hasta la misma playa.



Avanzando un poco más encuentro Sa Caleta, que hacía levante forma un enclave pesquero con casetas de izado de barcas, y a poniente describe una pequeña playa que ahora se encuentra bastante animada de gente. En el promontorio que divide pescadores y bañistas encuentro una cueva llena de palomas. 




Ahora me toca doblar otra punta, la de Jondal, que da entrada a la bahía y playa homónimas. Este estrecho saliente rocoso deja alguna foto muy destacable.


El estómago me va sugiriendo que es la hora de comer y como el mar está tranquilísimo me decido a desembarcar en una diminuta cala rocosa que encuentro al poco de pasar la punta. Logro subir bien el Triton Ladoga a tierra sin lastimarle los bajos, y el sitio, con cueva incluida, merece sin duda una parada para baño y comida.





Tras el refrescante baño y una comida a base de embutido, pan y frutos secos, me siento un poco en la sombra de la cueva y miro mapas y gps para valorar donde terminaré hoy la ruta. A distancia de pocas millas, junto al pequeño Cap Negret, hay una pequeña playa que parece tener acceso solo desde el mar a juzgar por la foto de satélite. Aunque me quedaría bastante luz para avanzar aún bastante trecho más, me parece un sitio inmejorable para dormir, así que decido quedarme en la cueva leyendo un rato, y retomar el pequeño recorrido hasta esa playa del Cap Negret a eso de las 5. 

En el recorrido hasta la playa elegida se ven muchas villas costeras, con sus respectivas escalinatas hasta el mar, y muchos yates fondeados, alguno bastante curioso.



No tardo en llegar a la playa que había descubierto en los mapas, y efectivamente está vacía y parece difícilmente accesible desde tierra.


Desembarco y voy sacando mis cosas del kayak. Aún queda mucha tarde, así que me entretengo en arreglar un cabo del pedal del timón que se ha partido. También doy una vuelta barranco arriba, aunque el camino no es muy practicable y no tardo en dar media vuelta. Finalmente, a la caída de la tarde, echo el kayak de nuevo al mar para probar a pescar algo al curricán, pero sin fortuna.


Un poco hacia el interior de la playa hay un llano perfecto a los pies de unos pinos. Allí ceno y preparo el vivac, la noche se presenta muy apacible.

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