Hoy el desayuno toca tomarlo sentado a la mesa, mirando el mar y valorando cómo se presenta la jornada.
La meteo parece empeorar para el día de hoy, con previsión de viento del oeste que desde mediodía soplará con fuerza 5 a 6, y con fuerte marejada generalizada. Las primeras horas de la mañana, sin embargo, son bastante tranquilas. Recorro sin mayores problemas el tramo inicial de mi ruta, hasta pasar la Illa s'Espartar y divisar nítidamente las islas del Bosque y Conejera.
La isla del Bosque, en primer término, tapa casi por completo a la más grande Conejera a su espalda |
La isla Conejera vista desde una cueva en la zona de Cala Conta |
Ya muy cerca de la punta de Sa Torre las ráfagas de viento comienzan a sentirse fuertes, aunque el mar continúa calmo.
Pasada la punta, los bajos acantilados rocosos cuentan numerosas cuevas. Una de ellas tiene tres arcos de entrada y destaca por su profundidad.
La primera parada de la mañana la realizo en la turística Cala Bassa, que aún no tiene el aforo demasiado completo y me depara un baño magnífico.
A partir de aquí creo que cometo un error, probablemente por exceso de confianza. Saliendo de Cala Bassa se entra prácticamente en la bahía de Sant Antoni. Hasta ahora las puntas que he ido doblando, siempre desplazándome dirección este, me han mantenido bastante a resguardo del viento de poniente, lo cual me entrega una perspectiva irreal de la situación de viento y mar. Por otro lado, llego a este punto con la idea de trazar una línea recta bastante mar adentro a través de la bahía de Sant Antoni tratando de evitar la navegación por esta zona, demasiado urbanizada y sin mayor interés, y además con bastante tráfico de embarcaciones a motor. A pesar del parte meteorológico, basándome en la falsa tranquilidad que he percibido en lo que va de mañana, mantengo ese plan. Así las cosas, al poco de abandonar Cala Bassa apunto mi proa hacia mar abierto en dirección noreste. A la media hora más o menos el viento arrecia y la mar se pone bastante nerviosa, y durante la siguiente hora la cosa aún empeora, así que paso un rato duro hasta que por fin encuentro el primer punto que me da resguardo del viento de poniente al otro lado de la bahía, la punta Galera. Al sobrepasar ésta, y ya en zona tranquila, desembarco en una pequeña cala.
La tranquila cala que me sirve de escape al viento y el oleaje |
El Triton Ladoga reposa al pie de una caseta en la cala Galera |
Como viento y oleaje van en aumento, y lo que queda en adelante son acantilados prácticamente hasta llegar a Port San Miguel, decido dar por terminada en esta cala la jornada de hoy. Durante la tarde recorro los acantilados por el sendero que discurre entre ellos, y me detengo a ver el atardecer.
Un curioso mural anuncia al visitante donde nos encontramos |
Al atardecer vuelve la calma. En dirección norte se levantan acantilados durante bastantes kilómetros |
Se oculta el sol en el horizonte y es hora de volver a la cala donde está mi kayak |
De regreso a la cala de punta Galera consulto en el móvil la previsión del tiempo para mañana, que se presenta incluso peor, ceno y decido dormir sin tienda ni vivac en el tejado de una caseta de pescadores. La jugada no me sale del todo bien, pues a mitad de la noche empieza a llover y el aguacero me pilla desprotegido. Improviso un toldo con la lona de rafia que uso de aislante, y aunque no consigo una gran obra de ingeniería, el invento resulta suficiente para no calarme y poder continuar durmiendo y seco.
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